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Spica *

La rabia

La rabia

Viendo aquel cielo tan hermoso, Marieta sintió una rabia frustrante.
Enorme.
Porque se dio cuenta de que un cielo lleno de fogonazos violetas, rosas o naranjas sólo está dedicado una vez por persona en esta vida.
Presentimiento hecho certeza.
Y algunos lo ven, y otros no.
Y algunos van en el coche cuando lo atisban, y otros en el metro alegremente sumergidos.
Y alguien se reconoce entre el amasijo de nubes y otros sólo ven la metereología.
Y Marieta rabiosa se revuelve sin moverse, porque disfruta a sabiendas que lo hace a cuesta de otros.

Le consuela, únicamente, saber que un día verá el suyo.
Podrá, entonces, dedicarlo... sin rabiar.

*

2 comentarios

Glassy -

Hola Spica. Aviso porque dije que avisaría.

evam -

El problema es saber que día te ha tocado... quizás es mejor disfrutar de todos como si fuesen para ti, y así no te equivocas...