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Spica *

Amanecer singular

Amanecer singular Aquella mañana a lo ancho de toda la selva, aparecieron entre las altas ramas de los árboles algunos hombres que llevan sombrero de copa y bastón de caballero. Uno en cada rama, en cada árbol. Callados y elegantes se dejan hacer por el rocío y por el sol que despunta sobre el horizonte.

*

8 comentarios

valpertuna -

me recuerdan a buitres a la espera

El Cíclope Tuerto -

Imagen más onírica no encontraré esta noche.

Nuala -

Hum, y ¿por qué has decidido cambiarlo?

Carlos -

He decidido cambiar el texto del post.
He aquí el texto original.

*

Amanece en la selva, y se dejan ver entre las altas ramas de los árboles, a algunos hombres que visten sombrero de copa, frac oscuro y bastón de reglamento.

En cada árbol, un hombre.
En cada rama, un sombrero de copa que hace un juego sorprendente con la hojarasca verdosa.

Ya no bailan el Fox-trot o el Charlestón y están cansados de llevar a sus hijos al colegio. Están hartos de sus lujosas mansiones y ya no quieren conducir aquel hermoso Studebaker o el elegante Buick del 32.

Y vienen cansados, quizá esperando a sus amigos lobos o buscando la fragancia descrita por su amado Kipling.

Reposan de pie, tranquilos y exquisitos, con una mano bien puesta en la cintura y la otra en el bastón.

En cada árbol, una mirada.
En cada rama, un bastón firme.
En cada copa, otra copa que hace juego.

Llegaron y no se marcharán, al menos por ahora. No mientras se despejen la cabeza con el rocío y el cuerpo con sol naranja.

Una bandada que existe en un tiempo lejano.

No te extrañe que un día, sientas el incontrolable impulso de ir a la selva a ver este espectáculo.

O acaso, el espectáculo seas tú; otra especie de una bandada singular.

*

nadie -

... y Baloo!

lu -

y las serpientes que devoran elefantes...

nadie -

y debajo de cada arbol toda la corte de lacayos que les prepara sus martinis, les quita la caspa de los hombros y les aplica el aftershave.

Baghera, ven a rescatarme! ¡Acaba con ellos!

Nuala -

¡Una selva habitada por una bandada de Barones Rampantes! ¿Dónde, dónde?

Es que no hay nada comparable a subirse a un árbol, y sentarse a leer en una rama, con la espalda apoyada en un tronco, o simplemente cerrar los ojos y sentir el sol en la cara mientras escuchas el murmullo de las hojas.

El Baron Rampante y El Arpa de Hierba de Capote envenenaron mi mente infantil con la idea de hacer de un árbol tu casa. Después descubrí aquello de que "Home is where the heart is". Y es totalmente cierto. :)