El descampado de Adela
Extraviada, sin pausa, Adela miró a la lejanía y no veía más cosas que el mismo sofoco de siempre. Riñendo con sus agujeros, con su testa, con su obstruido morro. Rumiando en enseñar los dientes un poco más. Una lección más que hacer. Solo una más. Una vuelta más. Remolcando sus zapatillas por dondequiera que desfilaba, reconcentrando ese momento laxo en el que se dejaría desplomar con las zapatillas puestas, con la nariz insensible.
Erró no se sabe cuántas horas, ferias, lapsos enteros hasta que encontró un campo solitario que tenía inscrito su nombre. No era una tumba. No era el final. Era la siesta esperada.
Y se enraizó como quien sube a un cohete. Como vestir un pijama de paja.
Y por fin, descansar.
*
9 comentarios
Nuala -
guisante -
seguro que es mejor que ser de nieve porque da frio... (y no se descansa)
uhm...
qué bonitos comentarios te ponen por aquí, no? Ese fujur es un sol!
carlos -
que cada quien lea lo que quiera, es un buen slogan. sin preguntar por qués.
*
carlos -
*
Carlos -
*
la sombrilla insolada -
nadie -
fujurdragonblanco -
Gracias por no haberte ido.
Y ya sé que sigo leyendo lo que me da la gana...
Nuala -
Convertirme en un espantapájaros. Un erial para mi solita. Y descansar, que es la palabra clave aquí.
(Y después que alguien me plante fuego, por Dios.)