Los bolsillos de Lucien
A Lucien le gustaba esa inocente y absurda sensación de meter la mano en el bolsillo de un pantalón de primavera y encontrar un billete de diez euros mal doblado, pero completo.
Daba la impresión que el billete no era suyo, que era un regalo de un duende, de un grillo, de un hada, o acaso de un dios del Olimpo desocupado. O mejor todavía, que el billete quizá lo había perdido, la primavera pasada, alguien...
... como tú.
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8 comentarios
niña azul -
Gacela -
Y justo en estos días. Ya me ha pasado con los bolsillos de una cazadora, veremos qué encuentro cuando rescate la vaquera. :-)
carlos -
dejaré, por aquí, leche caliente y galletitas alguna vez.
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SebastianDell -
JAJAJAJAJA. Qué malvado soy. Soy el Lex Luthor del blogocucurucho.
Ya. Es que me aburro, Carlos, y no tengo sueño.
SebastianDell -
Minutos caros, todo sea dicho.
Voy a poner mi cabeza encima de la almohada (porque casi todo el mundo decimos ¿almuada?), a ver si hay suerte y mañana sigue ahí.
Nuala -
Cuánto despiste...
la sombrilla insolada -
Sá -
Bueno, menos cuando entre una temporada y la otra cambiamos de la peseta al euro. In fin.