Y despertaron (sin un beso)
Aquel fue un día aciago para unas. Y revanchista para otros.
Todo empezó por el azul, que harto de ser nombrado y nunca encontrado decidió tomar las riendas de su propio destino. Al lloroso unicornio le dijo: ahí te quedas... solo... porque yo me voy. Caminando, caminando se dió de bruces por puro azar, con el encantado y encontraron tal cantidad de desengaños en común que decidieron unirse. Se sentían como hermanos de toda la vida. Caminando, caminando, a la orilla del camino, se encontraron al valiente: llorando desconsolado. Su caballo se había hundido en el fango.
Y esto fue la gota que rebosó el vaso.
Entre los tres decidieron crear un sindicato, recorriendo los vastos territorios a los que estaban acostumbrados. Echaron mano de sus mejores jamelgos. El caballo blanco de uno, el danzarín del otro, el alado del de más allá. Según iban aumentando en número dieron mil vueltas al mundo buscando a todos los que sufrían como ellos.
Y ya reunidos tomaron una decisión irreversible: fueron a la huelga. Indignados.
No más esas búsquedas absurdas del timbo y al tambo. Era el fin de aquella insensatez de escalar torres de 70 metros sin arnés. Y Rapunzel ya podría usar un poco de champú en su larga cabellera. Pago YA de las horas extras hasta entrada la madrugada. Basta de luchar contra dragones ardientes con el equipo inadecuado. Protección antifuego y espadas con refrigerante incorporado. Abajo las madrastras cabronas y cizañeras. Carreras profesionales claras: ¿para cuándo Reyes?, se acabó eso de ser príncipes eternamente. Inciso especial para aquellos de los cuentos rusos, en los que el que se lleva a la princesa es el tonto más tonto del pueblo. No más peleas entre hermanos. Una princesa por cabeza. Y respecto a las susodichas; no más princesas sosas con preguntas estúpidas.
Pero por sobre todo... lo más importante... lo ineludiblemente esencial es...
... que las princesas durmientes usen enjuague bucal, antes de besar, que después de 100 años de estar dormidas, hasta las ranas lo sufren.
Pancartas desplegadas...
Huelga de Príncipes ¡YA!
¡Somos príncipes, pero no tarados!
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10 comentarios
carlos -
llevaba todo el día pendiente para no olvidar decirlo.
le había restado importancia a esta historia.
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guisante -
Gacela -
Patricia -
Por suerte, el mundo esta cambiando, y como ha dicho nuala, ahora nos gusta más salvarnos a nosotras mismas.
(aunque a veces se eche de menos esos brazos fuertes y protectores que le hacen a una sentir más segura)
la sombrilla insolada -
Nuala -
carlos -
Por ahora, este rumor de huelga de los inferiores en la escala, es lo único que sé.
y aquí está contado.
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Nuala -
Hace mucho tiempo que las niñas dejaron de soñar con ser princesas. Dejaron de esperar. Olvidaron el azul para pintar un mundo multicolor. Prefieren correr aventuras y salvarse solas. Ahora quieren ser las Supernenas.
Yo diría que hemos avanzado. Pero es sólo mi opinión, claro.
carlos -
mientras tanto: ¿firmas o no firmas?
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la sombrilla insoalda -