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Spica *

lo visual

La Fuente de Oriente (Pza)

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¿se despiden o se encuentran?

En cualquier caso, se agradece silencio.

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La Fuente de Oriente (Pza)

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¿se despiden o se encuentran?

En cualquier caso, se agradece silencio.

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La despedida (ep. VI)

La despedida (ep. VI) Ya transcurrida la monada de Star Wars, creo oportuno concluir también la trilogía de este niño repollo.

Como recordaréis en los dos episodios anteriores aconteció toda serie de peripecias (algunas aburridas... bueno... la verdad: casi todas!)...

La llegada (episodio IV)
El intermedio (Ep. V)

Y ahora, el final...

Después del atardecer, el criajo estaba muy contento, y así de inspirado recordó a su hermosa y única rosa.

- "A mi rosa, donde quiera que esté, le dedico este atardecer..." -, dijo muy entusiasmado. Pero yo le miraba pensando si el jodío me estaba vacilando.
- "Principito, ven por aquí que te voy a mostrar los volcanes de Spica*"-, y en efecto Spica tiene unos volcanes que quitan el aliento. No hay que hacerles mucho mantenimiento y la verdad es que están más o menos activos a estas horas del día.

Caminábamos felices. Él por un motivo y yo por otro.

- "¿Y tú tienes una rosa de la cual cuidar?"-, preguntó el príncipe impertinente, el reportero galáctico del corazón; ese que anda incordiando a reyes y a borrachos, a rosas a granel y a zorros parlanchines.
- Pues, ¿tú qué crees?-, le respondí sin desviar la mirada, mientras caminábamos directo al volcán más cercano.
- "Pues yo creo que tu rosa te abandonó!... un día te levantaste de la cama y te encontraste solo. Y sin el desayuno hecho. Y entonces tu vida se hizo gris, sin esperanza, sin amapolas multicolores, sin filtrar lo bello a través de sus ojos aperlados..."
- "eh, eh, eh... Enano, espera un momento;... mira esto..."-, y metiendo la mano en el bolsillo del pantalón, saqué un puñado de pétalos de rosas secos como el desierto, arrugados y frágiles, casi hechos cenizas, a la vez que le decía: "Aquí está mi rosa..."
El principito ahogó un grito de sorpresa, pero sus ojos se hicieron grandes como platos.

Habíamos llegado al borde del volcán.

Le puse una mano cariñosa en su hombro, a pesar de su reticencia, y le dije: "Me has domesticado, Principito, lo confieso. Dibujaré corderitos para tí y miraré lo invisible, porque es lo esencial... tú si que vales. Y como estar domesticado es cuestión de horarios y de costumbres, es hora de que te muestre tu nueva madriguera..."

Espantado como un chimpancé delante de un tigre de bengala, el Principito sacó su red de cazar cometas, y en un movimiento veloz, unido a la casualidad cósmica, atrapó un cometa turquesa que pasaba por Spica*, justo en ese segundo esencial.

Al tiempo que se marchaba, me pareció que me decía, con voz angustiada: "Se lo diré a Obi Wan..."

Me dejó con el ademán congelado en el que estaba por mostrarle mi modesto adosado, al lado del volcán, la que lleva por nombre: "La madriguera".

Qué cosas tiene la realeza repollera.

Tendré que invitar, de nuevo, a mi amigo Vader para referirle las movidas espaciales de los últimos tiempos. Viene puntual cada 6 meses. Le tengo domesticado. Ha de ser por mi lado oscuro.

Si... lo sé, yo también tengo un poco de eso.

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Gerardo

Gerardo Olvida el pez con la boca abierta.
Has como que no tiene bufanda.
Céntrate en el café.
Mira el detalle de la cucharita.
Observa el meñique elegante que apunta a ninguna parte.
Intenta no descifrar los números romanos, aunque te mueras de ganas.
Encaja su sombrero en la cabeza.

Llámale Gerardo.

Y si haces todo esto, le veras como yo le veo.
(Perdona la intromisión.)

Ahora te toca a ti (excepto si te llamas Gerardo).

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Secretitos

Secretitos ... se dejaban mensajes escondidos entre los cojines del sofá, entre la ropa, debajo de la alfombra, en los resquicios de las farolas cerca de casa, en las grietas de las aceras por las que caminaban, en las fronteras entre dos o más ciudades, debajo de los arrecifes de coral, en las tripas de la ballena blanca, entre las columnas mitológicas de Roma...

Se dejaban mensajes secretos maravillosos.
Se-cre-ti-tos!

Aquellos de los que nadie más entiende.

(***)

Hasta que un día, él rompió la cadena y ella no supo dónde más buscar.

Y allí en el sofá sólo repetía esta canción en estribillo incesante:

"Cuando oyó la puerta cerrar, echó a llorar.
Cuando oyó la puerta abrir, echó a reír.
Cuando oyó la puerta cerrar, echó a reír.
Cuando oyó la puerta abrir, echó a llorar.
¿Qué le pasa a esta mujer?"

*

El ojo vertical

El ojo vertical Etienne está montando una lámpara en una habitación de pulido parqué. Tiene en la mano un pequeño tornillo, diminuto, que es el único elemento que falta para culminar con éxito su pequeña tarea. Pero el tornillo, traidor y escapista, resbala entre sus dedos, golpea la escalera en la que está subido y cae armoniosamente hasta perderse de vista. Siguiendo las leyes de Murphy. Se esconde allí dónde todo es más improbable, más alejado, mas jodido de alcanzar.

Etienne baja de la escalera y se hace pequeño, se tumba bocabajo sobre el parqué, con la oreja pegada a la madera lustrosa y el ojo derecho a ras de piso. Un mundo nuevo aparece ante sus ojos, del cual no se escapa ni el polvo.

¿te acuerdas de cuando eras Etienne?

“Rétame, rétame... a que lo encuentro antes que tú!”... esa aguja... ese botón... ese esa moneda... esa tuerca oxidada... “mira, mira, giro como un periscopio a ras de suelo”... Soy Etienne el que todo lo ve. Soy Etienne el cazador de las cosas pequeñas que se extravían a ras de suelo. El mejor, el mejor... el-me-jor!

A Etienne el pequeño no importa la lámpara, ni la escalera. Sólo busca y busca hasta que dice con voz emocionada: “Te gané!”. Etienne encuentra el tornillo diminuto. Y se lo entrega a Etienne el mayor, el perdedor, el viejo, el que sabe de lámparas y de escaleras y que ya ha olvidado como cazar las cosas pequeñas.

O quizá, no lo ha olvidado del todo.

*

Se rebelaron

Se rebelaron Dijeron basta!

Se cansaron. Se hartaron de ser la publicidad de otros. De ser el ideal.
Se cansaron de la imperfección medida y la perfección desestimada.

Se rebelaron a seguir comiendo "la pizza de la abuela", de usar el "mejor tampax" de las tanga girls, de comer alimentos "bio".
Se negaron a estar siempre en la talla 36, a ser metrosexuales, a ser políticamente correctos, a ser rompedores, extraños con un toque de limón.

Dijeron basta!

Ya no más sonrisa hamburguesera, nada de mundos cero-cero, a ser el perrito que se estampa con el cajón de la cocina. Nada de tetas y culos dermoestéticos, ya basta de comer ferrero roché sin quitar el envoltorio dorado.

Enviaron a sus sicarios... y tomaron el mundo.

Querían la libertad que da ser imperfectos.

(Vamos... lo mismo que nosotros, pero al revés.)

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Questiones

Questiones Este hombre,...

... ¿te mira o es ciego?
... ¿le acaban de hacer una pregunta o acaba de dar una respuesta?
... ¿baila el cha-cha-cha o el foxtrot?
... ¿está del lado de Tom o de Nicole?
... ¿es un estatua o es de carne, hueso y pellejos?

... ¿te asusta o te hace reir?

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No al ganB giB

Sin título2

Sois unos manifestantes estelares. Todos. Blogeros y comentaristas. Dejo este día guardado como una "Pica" en Spica. Queda aquí un post sin número, pero que suma mucho.

(HAZ CLIC EN LA IMAGEN PARA VERLA EN CInEMASCOPE)

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Spicultura*

spicados

En la redacción de Spica, estamos conmocionados.

Hemos pedido tres sacos de café del Congo mezclado con café de Colombia.

Estamos tratando de contactar a los proveedores valencianos de los cohetes y toneladas de pólvora que YA HABIAMOS adquirido para el post número 1, de la cuenta regresiva.

El Editor en Jefe,... simplemente se ha ido a comer algo.

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Farola Blanca

Farola Blanca Siempre que doy una vuelta cerca del Palacio Real, hay una farola que me llama la atención.

De entre todas, las decenas de farolas que allí están sembradas. Hay una sola que me hace ir hasta debajo de ella.

Y sólo ella, me hace ver el cielo azul en contraste.

Y vengo yo, y quemo ese cielo.

E invierto la farola.

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Mundos de Spicomuk*

Le había enviado a clases especiales de adiestramiento. Escuela para perros: “Haga de su chucho, el Harrison Ford de la Plaza”, “Paseé con orgullo a Greta Garbo en el extremo de la correa”. Quien iba a predecir aquel fatal desenlace. Después de 3 semanas de dura separación, en la que el gato-cabrón hizo y deshizo, los peces-suicidas volvieron a fenecer panza arriba y los jodíos-ratones blancos no se han vuelto coloraos, me devuelven a mi perro con un aspecto renovado, y que si es por cambiar, le han cambiado hasta el nombre. Ahora se llama Rocky. Aunque a mi me gustaba Evaristo. Perro pucho o perro lámpara. Pero dejémoslo en Evaristo.

Habiendo esperado tantos días, decidí bajar a plantarle cara a la prueba de fuego: interacción con los de su especie en plan “quita de aquí, que ahora lo hacemos todo con estilo”. Hora pico de paseitos de mascotas y dueños.

Bajamos, como mascota y señor (a saber quién es quién),... allí... a la plaza... a demostrar los nuevos dotes de Evaristo. Así que le he dicho: -“sentado”, y se ha sentado, -“Ve y tráeme aquella ramita”, y Rocky, sin sacar la lengua, ni hacer jasp!, jasp!, jasp!, ha ido a por ella como una saeta,... y con garbo (no Greta) me la ha puesto a los pies. No lo podía creer.

Así que en un arrebato de emoción, me he agachado, le he abrazado por el cuello, al tiempo que le quitaba la correa y poder ver en sus ojos una alegría contenida, una mirada viciosilla, casi desenfrenada...

Y entonces, Evaristo (no Rocky), ha empezado a correr con elegancia y muy rápido,.... ha salido de la plaza, ha saltado por entre los setos, por entre las farolas, por entre las calles, y se ha perdido en la lontananza, hasta dónde mis ojos ya no alcanzaron a ver.

SE BUSCA PERRO HOUDINNI QUE RESPONDE AL NOMBRE DE ROCKY, AUNQUE YO PREFIERO LLAMARLE EVARISTO. SE OFRECE RECOMPENSA: 4 RATONES BLANCOS Y UNA PECERA DE 2ª MANO.

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Spin

185871

me he bajado del mundo, como todos anhelábais.

soy vuestro sueño.

me he bajado del mundo, y tú no.

...¿te da vueltas el estómago?

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Chica arcoiris

Chica arcoiris ¿A quién esperas chica arcoiris?

¿A dónde vas, chica arcoiris, o dime si ese tren te llevará lejos o más que lejos?

¿A dónde miras chica arcoiris, dándome la espalda?

Seguramente nadie sabe lo que hay al final del arcoiris, y tú guardas el secreto.

Quizás esperas a alguien gris.
Quizás no vas a ningún lugar.
Quizás me estás mirando a través de un espejo.
Quizás yo sé lo qué hay debajo de esos 7 colores; y guardaré el secreto.


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No mentirás

No mentirás "Todo se sabe" -, aprendió Pinocho.

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bce ecb ezb ekt ekp

bce ecb ezb ekt ekp Mariano cogió el billete, casi nuevo, de 10 euros y empezó a contar los ladrillos del puente Románico y a recorrer el mapa de Europa a medio terminar. Luego dió la vuelta al papiro rosado y recorrió el arco rojizo, mientras contaba las burbujas que ascienden o caen dentro del billete.

Anda, busca uno.

Finalmente, se detuvo en la firma con forma de pico de cigüeña y se preguntó qué tipo de persona podría firmar así.
¿Sería una mujer?, ¿O un hombre?, ¿Sería alguien viejo o joven?, ¿Alguien con carácter o un mandado?

Qué tipo de persona puede azotar con una pluma o un boli, un papel de forma violenta dos veces hacía la izquierda y dos hacia la derecha, hasta dejar una impronta con forma de cigüeña.

Qué tipo de persona podía ser tan lineal al principio y tan retorcida al final.

¿Será del tipo de persona que se lo enseñaría orgulloso a sus hijos?, ¿a sus nietos?, ¿cuántas veces?, ¿en cada ocasión o sólo una vez?, ¿haría una reunión familiar?

Allí estaba Mariano, haciéndose preguntas sin sentido. Y tú con él.

¿Farfullaría por ahí, ese hombre, con sus amigos de toda la vida, diciendo: “eh, eh, mirad aquí... POR TOOOOODA EUROPA, voy en el pico de una cigüeña!!!”
¿En español?, ¿en alemán?, ¿en francés?, ¿en flamenco?

¿Qué tipo de persona es ese de la firma?

Seguro que no es de los que cuentan ladrillos de puentes, o recorren arcos rojizos, o burbujas flotantes.
Quizá no ha visto, ¡en su vida!, un billete de 10 € con tanto detalle como Mariano y como tú.

Anda, déjame el billete que te muestro algo más, que te va a sorprender...

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BUBA

bubavIRETA

no quiero dinero, ni medicinas, ni comida
me encuentro solo
solo pido un saludo para no olvidarme como se hacia

no te quiero a ti, no quiero esta ciudad, no quiero esta cara
te encuentras solo
y tú evitas saludarme para olvidarte cómo se hacia


sobre todo a mí.
A ti.

Ilustración de (v)ireta
Textos: sinergia colaborativa en la que algunas partes son de Vir y otras mías. ya olvidé cómo lo hicimos.
un caos, como casi todo.

BUBA Original

Efímera de 90 minutos

Efímera de 90 minutos llorarás por dos.

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Efímera de 90 minutos

Efímera de 90 minutos llorarás por dos.

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