La condenada iluminación de siempre... jo!
Mr. Heller va caminando por Preciados, aceptando que no hay nada mejor que meditar mientras anda. Así durante años.
En eso está, cuando una tarde empieza a rasgarse una línea de luz fluorescente delante de sus ojos. Al empezar a entender todos los misterios de su cabeza, una chica que pasa por su lado se enamora alocadamente de Mr. Heller.
En ese preciso momento la línea de luz se cierra, y Mr. Heller se queda con la chica para vivir una vida común, corriente y muy feliz.
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Anónimo -
Jorge Luis
Venezuela
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