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Spica *

El perfeccionista de la felicidad

Cada vez que iba por la calle, le preguntaban si era feliz.
Podía ser en cualquier lugar, en cualquier momento. Igual la chica de la taquilla del cine, que un profesor jubilado en un vagón del metro.
Intempestivamente o meditadamente llegaba la pregunta.
Siempre con aquel tono de tía solterona: “¿Eres feliz?”
Y él respondía subiendo los hombros: “Pues no lo sé”.
Así durante un tiempo.
Pero una noche, en su cama, abrazado, se planteó dar una mejor respuesta a la pregunta. Adaptar un gesto más apropiado.
“¿Eres feliz?”
Y él respondía con cara de Charles Bronson: “Es muy pronto para decir eso”.
Por la noche de vuelta en la cama, abrazado, se felicitaba por su respuesta del día, y se conminaba a buscar una mejor respuesta para el día siguiente.
“¿Eres feliz?”
Y él respondía mirando hacia el suelo: “¿Alguien lo és en realidad?”.
En la cama, hacía variantes variantes de la respuesta del día y completaba el gesto anterior.


“¿Eres feliz?”

Y él respondía mirando hacia el suelo y levantando la vista: “¿Alguien lo és en realidad?, y si yo lo fuese ¿debería decirlo?”.
Por la noche en su cama, abrazado,...
... se sentía feliz.

*

1 comentario

Beauséant -

:) la felicidad esta en esos pequeños gestos, de rebeldía, de afecto de.. en fin de lo que sea, pequeños gestos...