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Spica *

Puertas interestelares S.A.

Puertas interestelares S.A.

Un día se pudo.
Si, así como lo oye. Alguien descubrió cómo abrir puertas interestelares a voluntad de cualquiera y sin limitaciones de espacio.

¿Que querías vestirte hasta el último segundo para ir a la Ópera?... no pasa nada. Con los cordones recién atados, al segundo siguiente estabas en tu butaca del teatro.
¿Que querías visitar el Everest un minutito nada más, sin máscara de óxigeno?... fácil. Hasta con el jersey más gastado y los mocasines del trabajo podías atisbar el horizonte desde la cumbre más alta.
¿Que apetecía ir al water de tu propia casa?... adios a esas delicadas maniobras en los servicios de otras latitudes.

Paro ya de contar. Es fácil imaginar lo que vino después.

El mundo cambio. Para peor, claro. El sistema laboral, económico y macroempresarial cambió de la noche a la mañana. El entramado social y las estructuras conocidas saltaron por los aires. Partiendo de eso, vino el hacer a de cada ser humano. De las cosas más graves que ocurrieron: los repartidores de pizzas se quedaron sin trabajo. Mensajeros, conductores de autobuses, taxistas, pilotos de aviones, funcionarios de correos. Pequeñas venganzas empezaron a tramarse desde cada colectivo afectado. Mejor no contar lo que hacían los furibundos repartidores de pizza.

Lógicamente el Everest fue perdiendo altura poco a poco, aparecieron niños con un sospechoso sobrepeso, padres extraviados por el mundo, suicidios en la luna, vivir siempre de noche, el festival de las 100 cervezas del mundo en un sólo día, microbuceos bajo el mar, carreteras abandonadas retomadas por la flora, auroras boreales extintas de puro miedo escénico.

Un desastre mundial, arropado por millones de destellos interestelares sobre el planeta. Se nos fue de las manos.

Y las consecuencias inevitables... envejecíamos más de prisa. Con cada "salto" se nos cargaba a cuenta el tiempo que hubiésemos tardado en llegar de la manera normal. Los que se dedicaban al mal fueron perdiendo la propiedad de hacer el truco. Los distraidos aparecián donde no debían y allí se quedaban. Finalmente, alguna entidad superior poco satisfecha con el uso que le dimos a ese don, decidió un buen día quitárnoslo.

Un día no se pudo.
Si, así como lo oye. Todos dejaron de abrir puertas interestelares y la idea quedó por siempre en nuestra mente colectiva.

Se dice, que algunos, en ciertas condiciones pueden hacerlo.
Todo apunta al colectivo de los repartidores de pizza cuando llevan un retraso que les hará incumplir la premisa aquella de "en menos de 30 minutos". Pero esto ya es mitología mundana.

*

3 comentarios

Fer -

Me dieron fotos de escritura extraña, donde puedo publicarlas a ver si alguien la reconoce o interpreta. Supuestos temas de "puertas interestelares"

la sombrilla insolada -

Los restaurantes de comida china. Esos guardan un chisme que abre puertas intelestelares. Mi teoría se sustenta con dos grandes argumentos:

1) Da igual a que restaurante de toda España vayas. La carta será la misma, la comida ofrecida idéntica y todos los platos tendrán el mismo sabor. El cocinero es el mismo, usan el chisme ese para llevártelo a la mesa.

2) Con un solo repartidor con un vespino pequeño, reparte comida a domicilio a la velocidad de la luz, y un solo restaurante cobre toda la zona, SEA LA QUE SEA.Usan el chisme para llevátelo a casa.

G. -

Maravilloso :)
Por cierto, jamás se me hubiera ocurrido utilizar el teletransporte para poder hacer pis en casa... Que grandísima idea.