El Farero (reloaded)
Un hombre que cuidaba de un faro, un día desmontó la bombilla y bajó por la escalera en espiral.
Ya los veleros no encallaban en la costa.
Los marineros más viejos no navegaban muy lejos y todos ya conocían las corrientes y rocas peligrosas de la costa.
El faro era viejo y poco útil.
Un día recogió su lienzo redondo predilecto de él mismo en lo alto del faro, y se fue al pueblo más cercano.
Se hospedó en un hotel con vistas al mar. Desde allí encendió su bombilla. Pero ésta no se veía bien.
No le cuadraban las ideas, de qué hacer con la bombilla. Y el lienzo.
Así que decidió colgar su lienzo redondo, desmontando antes un lienzo cuadrado. Se notaba la marca cuadrada debajo del lienzo. Y esto le dio una idea.
Bajó al pueblo y construyó un extraño Tiovivo de madera, con un monociclo en el medio que hacia girar la atracción, en el centro montó la bombilla y construyó pequeños veleros de madera y tela, alrededor del monociclo.
En el centro, él pedaleaba feliz, haciendo girar el extraño Tíovivo.
Y con la luz que irradiaba el armatoste, los niños de los marineros se fueron acercando para subir a los veleros iluminados.
Y navegar muy lejos.
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14 comentarios
Ella y su orgía -
carlos -
que gonito!
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Nepomuk -
valpertuna -
alimentar la imaginación y además divertir.
Nuala -
Ays.
carlos -
GRACIAS ANTISPAM!!!
nadie -
Vaya, seguramente me equivoqué de tecla o de mes o algo...
Y lo peor es que no me puedo acordar que puse... pero se que era algo REALMENTE muy inteligente. Uno de esos comentarios que cambian el sentido de la historia mundial, etc...
Que pena...
Otra vez será.
ivan -
Nuala -
Ah, pero yo no soy de madera. Creo que ya lo he contado alguna vez. Soy de polispán (¿corchopan? esa cosa blanca que se deshace en bolitas). Por eso floto siempre. :D
carlos -
me ha encantado.
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guisante -
hoy no voy a opinar! (qué chula soy!!)
juyma -
Nuala -
En realidad, el farero siempre fue un marinero frustrado por eso se retiró. Si él no podía navegar, decidió que haría que otros lo hicieran. Y construyó un tiovivo, que en inglés se llama "merry-go-round": la alegría viaja en círculos. Círculos de colores.
En la Coruña tenemos el faro más antiguo del mundo en funcionamiento. Y aún estando bajo su protección no nos libramos de naufragios puntuales y cíclicos que nos dejan sus mareas negras (antes del Prestige, el Mar Egeo y un par más). Más círculos. Negros estos.
Aunque ambos sean de madera, no es lo mismo un tío vivo que un tiovivo. Eso sí, en ambos casos al bajarte de ellos sientes una ligera sensación de mareo. La que sientes al pisar tierra firme después de viajar mucho tiempo en barco. Como si tu cabeza diera vueltas. Más círculos. Borrosos.
Es sólo un momento, hasta que el sentido del equilibrio se estabiliza de nuevo y todo se pone en su sitio. Y ya no hay más círculos.
Sólo puntos de fuga y la línea del horizonte.
ivan -