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Spica *

Piano recurrente

Piano recurrente Un hombre pierde la memoria, su país y las ganas de vivir.
(dicen que cayó de un barco en altamar).
Le encuentran, le curan, le llevan al psiquiatra y allí dibuja esta ilustración.
(Llevaba una chaqueta negra, un pantalón elegante y una corbata).
Le ponen delante de un piano y toca maravillosamente.
Le llama "piano man".

Y se mete en nuestras cabezas para quedarse, a pesar de que no hemos escuchado ni una sola nota.

Ni posiblemente lo hagamos.

*

16 comentarios

Nora -

Ví la noticia en televisión, y me acongoje cuando ví su foto, me parecio una historia increible de las que despiertan curiosidad y morbo, pero su imagen encogido sobre una cama con una mirada de animalillo asustado me llegó muy dentro, el desvalimiento que trasmitía, su fascinante historia.....todo me atraía. Y de repente aparece alguíen que insinua que esto suena a guion de pelicula, o a publicidad gratuita. ¡Me quedo perpleja! ¿Quien es capaz de fingir algo así?... y reflexiono, y creo que sí que hay personas capaz de lo que sea por un interes comercial o de lo que sea. Entonces aparecen psiquiatras que aseguran que su estado de amnesia es real, puesto que la parte de la memoria donde se guarda el recuerdo de la música y el dibujo es la misma, aunque la duda queda sembrada, yo apuesto a que su historia es real, pero algo me dice que no con final feliz. Es una intuición no un deseo

Nuala -

¡A buenas horas descubro yo que esta historia es real!

(Ya no me acuerdo de la última vez que vi un telediario o leí un periódico, no me queda tiempo para nada)

Ella y su orgía -

Pues a mí me recuerda de lejos "El paciente inglés".

Por cierto, no borres el post. No te arrepientas de nada.

Amélie Poulain -

Me encanta el dibujo. El pianista del duelo es Jelly Roll Morton. Aunque Shine, se parece más a esta historia y además, está basada en un hecho real. Al parecer está lleno el mundo de pianistas desquiciados. O será casualidad.

eride -

Sigh :`-)
Que me prueben a mí el zapato, que me lo quiero traer a casa...
(¡hay piano! es de pared, pero le coso unos flecos y queda monísimo...)

guisante -

mmm.... sí, no sé.... esta historia es muy rara!! Probablemente sea un marciano que solo sabe dibujar pianos y banderas suecas y, fortuitamente, sabe tocar dicho instrumento... ALGUIEN NOS ESTÁ TOMANDO EL PELO.

un beso ñuiqui-man!

valpertuna -

quizá se haya liberado de todas las ataduras y sea esa su manera de vivir, sentir y expresarse ojalá

Carlos -

jajajajajaja... Nepo, no.
a lo mejor soy pianoman y no me acuerdo.

pero no tengo un piano cerca para comprobarlo.

pero si tengo bici.

a lo mejor soy "bici man" y no me acuerdo.

voy a probar.

*

Carlos -

llevo todo el día queriendo borrar este post.
lo subí ayer, y hoy le veo diferente, como cambiado, un poco más comercial, informatizado, radiado, de papel maché.

pero blogia, se empeña en que lo dejé.

*

Nepomuk -

Y a mí que ese piano me recuerda sospechosamente a algo...
Mmmmh...¿seguro que aquel hombre no dibujó primero una ñuquibici?

fujurdragonblanco -

Desde luego nuestra pequeña blogosfera es el mejor telediario que haya existido.

El Cïclope Tuerto -

Estoy de acuerdo. Y seguro que es un montaje.

Aylen -

Perdió la memoria, pero seguramente nació ya con ese talento, no tuvo que aprenderlo, por eso después de todo no lo olvidó.

saravá -

Nuala,
Es muy interesante lo que cuentas me sorprende que precisamente lo último que se va es lo que no ha sido, memoria y anhelo, o anhelo recordado...

nadie -

¡Perdió la memoria, pero no la virtud!

No creo que lo que nos separa de la locura sean nuestros sueños, más bien lo que nos une.

Nuala -

La persistencia de la memoria.

Me ha recordado tu post algo que conté hace mucho tiempo.

La memoria está en los besos.
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"La cuestión no es vivir como se quiere, sino querer lo que se vive"

No se sabe porqué, pero al parecer en los casos de demencia como el alzheimer lo último en deteriorarse son los recuerdos, no de cosas vividas, sino los de aquellas cosas que quisimos hacer, lo que no pudimos ser, los besos que no dimos. Nuestros sueños.

Eso explican en "La memoria está en los besos" de Mercè Boada y Lluis Tárraga Mestre, que podéis leer o bajar aquí www.demencias.com
Al parecer la memoria se divide en dos grandes grupos, implícita y explícita. Las cosas aprendidas, automatizadas como conducir o andar, por ejemplo, pertenecerían al primer grupo. En el segundo grupo, estarían nuestros conocimientos propiamente dichos y también los recuerdos, lo que nos ocurre, nuestra autobiografía. Quienes somos, en definitiva. Y lo último en deteriorarse en nuestra autobiografia, es nuestra biografía deseada. Lo que quisimos ser, no lo que fuimos.

A lo que más nos aferramos, lo que nos separa de la locura son nuestros sueños.