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Spica *

Semáforo 2

Semáforo 2 Luz roja.
Una mujer que simula algún tipo de anomalía en su pierna se acerca tenebrosamente hacia mi coche.
Se bambolea como un pistón aceitoso de motor, como una biela oxidada de locomotora, como una vieja marioneta que simula algún tipo de anomalía en su pierna.
Me parece una farsante e intento subir la ventanilla.
Me sonríe.
Se mece como un junco mecido por un viento apacible, como el péndulo de un reloj antiguo, como una muñeca de barro que simula algún tipo de anomalía en su pierna.

(Buscaba una razón para entenderla.)

Me parece una artista y le doy una moneda.
Luz verde.

8 comentarios

imaginate -

O sea que la mentira, porque sí, quizás como a mí, sólo te gusta en el teatro...

Yo he escrito una cosa así pero con carritos y señoras de la compra :)

guisante -

un semaforo......!!

Nuala -

Soy miope. Palabrita (de niño Jesús). Lo de la lucidez, ya es otro tema. :)

Emma -

El otro día me pasó algo parecido. Estaba parada en un semáforo del peor barrio de la capital. Cuando digo el peor, me refiero a gente que se pasea a mediodía asiendo recortadas o trabucos. Coches volcados ardiendo, y demás. Se acercó una mujer, sin dientes, y mi asquerosa reacción fue cerrar con seguro. Me sentí peor que un skin-head (si es que ellos sienten), pero no lo pude evitar.

Carlos -

miope, lo que se dice miope, no parece que lo eres.

y sobre fujur y los estereogramas, ya está resuelto... pregúntale cómo.

dragon negro -

bueno casi mejor que darselo a otro, en mi pueblo hay un hombre que se pone siempre en el mismo semaforo, pero yo le doy tan solo tabaco cuando me pide...

saludos.

vireta -

bien hecho, cualquier excusa habría sido buena

Nuala -

El antes y el después de una sonrisa: Una sonrisa puede cambiar hasta la teoría mejor fundada.

Pocas veces vemos a alguien de verdad. Las personas suelen ser una proyección de la imagen que nos creamos de ellas. De lo que nos transmiten. A veces sólo podemos ver una parte del cuadro y componemos el resto en nuestra imaginación, otras veces el cuadro esconde más de lo que se ve a primera vista (como esos estereogramas que tanto te gustan y que yo, como fujur, tampoco consigo ver).

El grado de lucidez de cada cual es el que determina las dioptrías que nos faltan. Y el que evita (o no) que nos vayamos estrellando contra paredes, como Rompetechos.

Yo soy miope. Me paseo con gafas rosas y veo el mejor de los mundos posibles. Y soy bastante feliz así. Sólo tengo un problema: Que me salto todos los semáforos. :)