*** Chica y violín

Esta tarde, viendo a una chica tocar un extraño violín junto a un chico con una guitarra en su regazo que la admiraba, pensé que realmente existen las grandes pasiones.
Hablemos de la pasión.
**(Hablemos de la chica y del violín).

Hay personas que demuestran una pasión (o agape intenso) que sólo se reconoce cuando se presencia.
**(con los ojos muy abiertos movía con fuerza el arco susurrante)

Uno, yo, tú, él, las personas, nos enamoramos frecuentemente de la pasión de otros. Y no necesariamente del ejecutante.
**(la chica era hermosa, pero su fuerza lo era más)

Muchas veces amamos eso que nos gusta, y que (vaya casualidad) no tenemos desarrollado.
**(el chico, agarraba con fuerza su muda guitarra)

Hay quienes aman los caballos porque aman su libertad o su fuerza. Amarlos es una forma de vivir como ellos.
**(de repente levantó la mirada y reconoció las miradas de todos...)

Y por otra parte, qué tranquilos los apasionados que sin saberlo viven sus pasiones siendo deseados turbulentamente por otros.
**(y nos miraba como si no fuese ella la que tocase, ni su violín el manantial de esa música)

Y es que son ajenos a esa observación debido a la concentración,... ese nirvana presente en sus actos...
**(el arco soltaba un tímido talco al caer acelerado, una y otra vez sobre las tensas cuerdas)

Así es esta chica que ví. Así es el que salta de un trampolín. Así es el escritor. Así es mi tía Mirian. Así son los que tienen grandes pasiones.

Ay, de quien se enamore de ellos. O de sus pasiones.

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