Las ciudades son historias (iii) El Lince de Villanueva
Vais a flipar.
Museo del Prado.
Detenido con la bici entre las piernas veo caminar a una rubia de falda muy, muy corta.
De improviso, una mano me golpea la espalda y me dice: ¿Entrenando para el Tour de Francia?.
Como llevo cascos, le digo que no le oigo y me quito el del oído derecho mientras un hombre grande me sonríe y murmura: os vais a quedar sordos con tanta música y ruiditos. Me pregunta de nuevo: ¿Que si estás entrenando para el tour, chaval?
A partir de este punto, entramos en un túnel de cachondeo.
Los dos.
- Efectivamente, para el tour, y además sepa usté que vengo del Giro de Italia.
- Hala!, que bien -me palmea y me descalabra la espalda un par de veces-... estás bicis ya no son lo que eran... las de mi época tenían esta barra más alta y se pedaleaba así... mmmmfff... mmmfff... (hace un gesto irrepetible y muy gracioso de pedaleo)
- Hombre, que noooo, que cómo voy a entrenar para el tour con estas pintas. Y además ya estoy muy viejo para entrenar para algo tan grande como el Tour.
- ¿Pero no estabas en el Giro?
- Que no, que era broma...
- Anda, que cachondo... pues mira que yo, con veinte años, fui campeón de Villanueva... durante cinco años.
- ¿Villanueva de la Cañada?
- No hombre, Villanueva del Páramo... eso está muy lejos de aquí de Madrid.
- Villanueva del Páramo... con que campeón ¿eh?
A partir de aquí, entramos en el túnel del surrealismo.
Los dos.
- Si. Campeón cinco años seguidos. Claro que, todo hay que decirlo, competía contra diez chicas y un cojo. Así los cinco años.
- ¿Qué?
- Si hombre, un pobre chaval que vino de la guerra, ya sabes, sin una pierna, así con un muñón, y ahí estaba con dos cojones, el chaval competía.
- Joder, que ganas le ponía el hombre.
- Pues si. Y las diez chicas, todas con celulitis. Como para freir morcillas. Así hace aspavientos con las manos-, así, así...
- Pues así visto, lo tenía usté mu facil para ser campeón cinco años.
- Pues si. El Lince de Villanueva me llamaban.
- Hummm... el Lince de Villanueva... suena muy bien.
- El Lince de Villanueva... y deja de reírte... mira que...
No puedo dejar de reírme apoyado en el hombro del lince.
El lince también se ríe.
- Oye Lince, me dejas hacerte una foto con mi bici.
- Mira que eres cachondo... venga, has la foto.
Clic!
(No, Lince, el cachondo eres tú, que dios te guarde a ti, al cojo y a las diez ciclistas celulíticas).
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2 comentarios
carlos -
yo es que soy muy relajao por la espalda...
pero mucho...
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Eride -