Mi amiga Aila
Siempre que Aila se pedía lavar los platos, al meter el estropajo, empaparlo de lavavajillas en medio de la espuma y justo al restregar el primer cacharro... se daba cuenta de que aun faltaba colocar en su lugar los platos secos de la última vez.
Entonces, a Aila, se le acababa la inspiración. Quitarse la espuma. Secarse. Mirar de reojo.
(Si de la frustración, hasta le entraban ganas de planchar).
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4 comentarios
Gacela -
Sá -
Eso sí que es frustrante.
niñasú -
así planchaba así así.
la sombrilla insolada -