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Spica *

Cae la arena

Cae la arena *

15 comentarios

Patricia -

La arena de nuestra vida cae irremediablamente. Envejecer es lo único que hacemos todos los seres humanos a la vez.

Nuala, me encanta tu cuento.

Besos

Nuala -

Pues espero que no, guis. No era esa mi intención, en todo caso. Le regalaba una pompa de jabón. En unos meses hará plop y no quedará ni rastro. De eso se trata. :)

miss guisante -

creo que nuala te está robando el espacio y el protagonismo.... Yo de ti le decía algo jejejeje.

El tiempo, ay el tiempo, jodido tiempo!! ¿cómo puede lograr aterrorizarnos tanto?

Carlos -

Alex, eres muy fatalista en el último comentario.

Pero el mundo va fatal.

Carlos -

Ostras...

Me ha gustado tu versión Nuala Exupery.

Ahora todos deben buscar, a ver si tienen esa perla dentro.

Nepomuk -

Ehm..pero a mí me queda más arena.
(tracatrá)

Alex -

Muros, ladrillos, piedras y polvo, la destrucción, la nada y sobre todo el futuro en un túnel largo y oscuro y si se encuentra el final o un pequeño agujero.

burma -

"Si las travesuras que no me encuentran me dejaran jugar al escondite dentro del laberinto de nuestros cuerpos, te regalaría mi cubo y mi rastrillo para desenterrar contigo un tesoro de cartón."

Nuala -

:p

Nuala Exupery -

-“¡Qué bonito!”, dijo el Principito. “Nunca había visto un castillo redondo”.
- “Los castillos se hacen para proteger los tesoros que contienen,” dijo el niño. “Pueden tener la forma que quieras”.

-“¿Qué más sabes hacer?”, preguntó el Principito.

El niño no dijo nada, pero cogió la ostra y separó ambas conchas. Rellenó la vacía con arena mojada, y la clavó en la superficie del castillo, con la parte ondulada hacia arriba. “El Rey...”, dijo.

Cuando el primer hombre descubrió que estaba solo en la inmensidad de aquel nuevo planeta, empezó a llorar. Lágrimas saladas como el mar.

A continuación el niño cogió la otra mitad de la ostra, y dejando el molusco en su interior, lo cubrió con arena mojada también. y la colocó al lado de la otra mitad, sobre el castillo. “...y la Reina.”

Cuando la mujer abrió los ojos reconoció en seguida a su otra mitad. El hombre por su parte supo que ella era la que en su vientre contenía el secreto de toda vida.

El Principito aplaudió entusiasmado mirando aquel castillo de arena redondo, habitado por un rey y una reina con coronas de nácar. El niño sonrió.

El sol secaba la arena de las conchas, que se desprendía y caía lentamente.

Los rostros de la pareja se cubrieron de surcos, eran relojes de arena.

Al caer el último grano de arena, sólo quedaron en pie los caparazones, pero el castillo permanecía intacto; el alga al contacto con el sol, había adquirido una consistencia sólida.

El polvo de sus cuerpos se mezcló con el de los zapatos de los nuevos habitantes. Ahora eran parte del planeta.

-“Tengo que irme ya”, suspiró el Principito al tiempo que se levantaba. Mientras se agarraba a la cola de aquel cometa le preguntó al niño: “¿cómo te llamas?”

- “Creación”, y siguió jugando con la arena.

Nuala Exupery -

Un día, el Principito llegó a un pequeño planeta formado por un mar rojo y una playa. En la arena un niño jugaba con un cubo, una pala y un rastrillo.

-Hola, dijo el Principito.
-Hola, dijo el niño, ocupado en hacer un agujero en la arena.

El Principito se sentó a su lado, y se entretuvo mirando los dibujos en la arena y las conchas, algas y todo tipo de restos traidos por la marea que el niño había amontonado a su alrededor.

El agujero era cada vez más grande, y a medida que crecía en profundidad, el montoncito de arena cambiaba de tonalidad, por la humedad.

Al cabo de un rato el Principito preguntó: “¿tú sabes hacer castillos de arena?”

- “Claro”, dijo el niño.

Y cogió una ostra y la abrió. De su interior sacó una perla, la introdujo dentro de un puñado de arena mojada que apretó fuertemente con su mano y después lo hizo rodar por la arena sin separar la mano, hasta que tuvo algo parecido a una pelota, que finalmente rodeó con un alga.

En un universo paralelo nació un planeta verde.

(sigue)

Isthar -

Como en un reloj del tiempo... dando paso a cada momento de vida...

Amélie Poulain -

Pues voy a por la palita y el cubo para hacer un castillo en la orilla.

Alex -

La celebración alza el vuelo abandonando la mezquindad.