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Sin ganas

Sin ganas He estado observándolo durante el último año en el trabajo y la conclusión es contundente.
Y no sé cómo lo logra, porque creo que fisiológicamente es casi imposible.
También psicológicamente.
Me empecé a fijar por casualidad, un día de intenso trabajo.
Sobre todo en el saludo diario. Saludar a todos los demás excepto a él.
Allí de pie, con las cabezas mirando al techo, o mirando al frente, un pie delante y otro detrás, al estilo vaquero, simplemente estático estático, o dinámicamente inquieto; iban y venían los saludos con todos los demás.
- Hola, Qué hay, Buenos Días, Qué tal todo.

(Ya estarán ustedes sobre la pista)

Pensé que podía deberse a la cantidad de agua de su botella sobre el escritorio. Pero no. Es transparente y a medio llenar.
Me pregunto si es fuerza de voluntad o miedo a lo divino.
Y no es que se me esconda a puertas cerradas. Las estadísticas no mienten: durante 1 año, al menos una vez tropiezas con todos los demás.
Y ganas, ganas, lo que se dice "apremio verdadero" tenemos todos al menos 1 vez por año.
Por arrogancia no creo que sea. Es una persona sencilla y humilde.
O será que tiene una forma "alternativa" para resolver "ese" tema.

(Ya estarán ustedes sobre la pista)

Creo que nunca lo sabré.
Ni ustedes tampoco.

Pero la conclusión es contundente: mi jefe nunca ha entrado en los baños de la oficina.

9 comentarios

carmen -

Nada, llevo pensando días en el glamour; hay gente humilde que no soporta perderlo. Voy a repasar algo que leí ... bueno, te dejo

gabriel -

Tiene un baño para él solo
no hay otra
saludos

Nuala -

Mis deducciones:
Tu jefe no se llama Manekken.
Tiene problemas de próstata, o la tiene muy pequeña y no quiere que nadie se entere.
Es un tipo muy disciplinado y siempre recuerda bajar la tapa. Es probable que cuando va al bar a tomar un café, aproveche para dejar un recuerdo si los servicios son individuales. Es mayor y ya no espera progresar más en su carrera, porque no está al corriente de las últimas ténedencias que fomentan el espíritu de equipo. Pero tampoco es tan mayor como para que su vejiga reviente, o sea que vamos a imaginarle bordeando la cincuentena. Ah y está delgado.

(Hay otra variable. Tu jefe es muy joven y no hace mucho que lo es, con lo cual sigue hacie ndo méritos e intenta crear un ejemplo no parando ni para mear. Pero yo voto por lo que he dicho antes.)

Carlos -

Nepomuk... vaya modales!

Y hay quien se queja del RING de los móviles...

Nepomuk -

Una vez en un cine, por no levantar la fila, hice pis en un vaso de cocacola tamaño jumbo. Busca por los alrededores envases decorados. Uno es capaz de todo con tal de que el contable no le vea la churra.

fujurdragonblanco -

Pues sí... se le ve en un permamente estado de esperar cosas. Pero todo el mundo se cansa de esperar. Cuando nos damos cuenta que estamos comportándonos como si fuesemos conformistas.

fujurdragonblanco -

Oh! no... a ver.

(Viendo)

Pues es otro quejica como yo. Aunque yo soy feliz. Como el hombre que regaba las rosas.

Carlos -

Un día entero sin ir... puf... no quiero que vean botellas de agua sospechosa sobre mi escritorio.

Por cierto, he descubierto algo para ti:

http://www.dragonnegro.blogspot.com//

¿le conocías?

fujurdragonblanco -

Es divertido cómo a menudo nos vemos desbordados por cotidianos misterios. Quizás e suna especie de compensación. ¿Has probado a pasar un día entero sin ir tú? Igual ese dia él decide mear (por qué no usar la palabra).