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Spica *

Mi amigo Dorian

Mi amigo Dorian Dorian era un marinero mercante de esos que tienen una novia en cada puerto. Siempre que nos juntábamos a beber alguna copa se nos oía rogar para que contase sus aventuras con las chicas. La del lazo, la que hacía buen café, la que hablaba griego, la que le escribía a diario. Llevaba años así, hasta que un día de verano entró al bar de una mujer "mayor", de buen ver, casada y con 2 hijas. Su marido atendía la cocina y ella el resto del local.

Exactamente 14 horas después estaban sudorosos y desnudos en un hotel cercano al bar, a las 5 de la mañana, a 20 km del puerto de Livorno, Italia.

Esto supuso un cambio para él, ya que se enamoró perdidamente.

El día que nos contó sobre ella, le animamos a que pensara bien lo que haría, sin parcializarnos sobre si le convenía o no, dicha mujer. Fue maravillosa nuestra reacción, casi milagrosa. Dorian, sintiéndose comprendido y deshinibido se levantó, sacó su cartera, y extrajo una foto de ella y nos la mostró, cosa que no había hecho nunca antes con ninguna chica.

Diez minutos más tarde, Dorian se marchó enfadado con nosotros, dejándonos sumidos entre risas, de esas que te hacen llorar y regalándonos una de esas anécdotas entre amigos que nunca se olvidan.

Exactamente 2 años mantuvo una relación estable con esa mujer y en todo ese tiempo no nos dirigió la palabra.

Cuando recordamos ese momento, con o sin Dorian, siempre terminamos riendo y de muy buen humor.

Porque es que la mujer de la foto que nos enseñó ese día... tenía bigote!

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1 comentario

imaginate -

Imagino que tras esos dos años y a lo sumo algún día más, él también recuperaría el sentido del humor y reiría... es que no sé que tiene el amor que parece que te lo quita