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Sin ganas (II)

Sin ganas (II) Hoy mi jefe, ese hombre bueno como no lo hay por aquí cerca, ha ahogado unas lágrimas mientras se hacía el valiente.
Hoy mi jefe, ese hombre honesto y claro de principios, ha quebrado sus palabras por un nanosegundo mientras nos decía que estuviésemos tranquilos.
Hoy mi jefe, ese hombre que no suele ir al baño y que por lo visto, vive sin ganas, ha cruzado y descruzado sus manos unas veinte veces en un minuto.
Hoy mi jefe, ese hombre que fue el jefe de la que ahora es su jefa, ha llamado “cabrona mugrienta” a su nueva jefa con la mirada, mientras con la boca nos decía que habrá que dar un margen de tiempo a que nos adaptemos todos.
Hoy mi jefe, ese hombre sin ambición empresarial y aspiraciones familiares claras, mientras caía en un abismo profesional horroroso, nos ha dicho que se alegra de que nosotros lo tengamos tan claro, después de las 7 de la tarde.

Y para bien o para mal, todos hemos dicho que “si” a sus palabras y que “si” a sus sentimientos.

Quiero ser jardinero. Se me dan bien las plantas.

*

9 comentarios

solitario -

Pues no dejes de dedicarte a ello, seguro que dejas atra los atascos y las prisas ;)

Nepomuk -

Mh...mejor maquillador. Lo tuyo es el kabuki, no disimules.

saravá -

Me da pena.... penita pena. Muvha pena, todo.

(v) i r e t a: -

por cierto llevaba unos dias q este trasto no me dejaba comentarte.... q la historia de ayer me llenó de lagrimas por su ternura...
me pareció uno de tusd mejores textos...

(v) i r e t a -

pues no te voy a decir q lo siento por tu jefe, pq como q no... "each pig, each his San Martin"..... jajajjjaaa
yo tb quiero ser jardinera!!

guisante -

vaya....
demonios....
leñe....
jo....

lu -

y yo me pregunto:
¿otro mundo es posible?

Nuala -

Mañana tu jefe empezará a ir al baño.
Mañana su próstata se lo agradecerá.
Mañana será otro día.
Hoy ya es mañana.

Algo me dice que serías un excelente jardinero, aunque sólo fuera por las historias que les contaras a tus plantas.

carmen -

Te felicito. Es algo así como un don eso. A mí se me mueren todas, menos ese cactus que ahora vive al lado de esa fuente que me compré cuándo sentía que me enamoraba y que hace más de un mes vive seca. Y te diría que las mías hasta se le mueren en las manos a los jardineros expertos; no sé qué les ocurre a mis plantas... a tu jefe, por lo que cuentas, parece que le ocurre la vida cuando la vida se vuelve selva.