A lo lejos
Aquel hombre se levanta temprano, se lava la cara, se mira en el espejo diáfano, se sonríe.
Se viste rápido y prepara café.
Sale de casa con el tiempo a su favor, pero se da prisa.
Entra en la iglesia y se sienta en el banco de siempre.
Oye el evangelio, vive el ritual, siente el mensaje.
Hoy el párroco habla de ser pobres en la tierra y ricos en el reino de los cielos.
El hombre se fija en la túnica bordada en oro del orador de Dios.
¿del orador? ¿del oro dador?, ¿del oro bordador?, ¿del oro bordado?
Ah, ya está todo más claro.
Le gusta pensar en la iglesia. Se le ocurren cosas brillantes.
Regresa de camino a casa regocijado en la idea de ayudar a los demás.
Entra en la panadería y compra una barra de pan, dura como la piedra.
Sale y se cruza con un grupo de personas, en la que una mujer grita enojada a su marido: "si claro, estoy yo para pensar en los demás... que se jodan, ¡yo pienso en mi, que ya es bastante!,... ¡es que hay que joderse!. El marido no sabe qué responder.
Aquel hombre tampoco, pero se alegra de encontrar un suceso relacionado con el sermón de hoy.
Debería decir algo, pero no tiene el valor. Deja pasar el momento y sigue su camino.
La barra pesa como una piedra y sus pies cansados sólo piensan en ellos mismos.
Así que se detienen haciendo una pausa breve y artrítica.
Suena un repique de campanas a lo lejos.
Aquel hombre se da la vuelta y mira el campanario de la iglesia.
Y piensa: "Se ve tan lejana".
Se viste rápido y prepara café.
Sale de casa con el tiempo a su favor, pero se da prisa.
Entra en la iglesia y se sienta en el banco de siempre.
Oye el evangelio, vive el ritual, siente el mensaje.
Hoy el párroco habla de ser pobres en la tierra y ricos en el reino de los cielos.
El hombre se fija en la túnica bordada en oro del orador de Dios.
¿del orador? ¿del oro dador?, ¿del oro bordador?, ¿del oro bordado?
Ah, ya está todo más claro.
Le gusta pensar en la iglesia. Se le ocurren cosas brillantes.
Regresa de camino a casa regocijado en la idea de ayudar a los demás.
Entra en la panadería y compra una barra de pan, dura como la piedra.
Sale y se cruza con un grupo de personas, en la que una mujer grita enojada a su marido: "si claro, estoy yo para pensar en los demás... que se jodan, ¡yo pienso en mi, que ya es bastante!,... ¡es que hay que joderse!. El marido no sabe qué responder.
Aquel hombre tampoco, pero se alegra de encontrar un suceso relacionado con el sermón de hoy.
Debería decir algo, pero no tiene el valor. Deja pasar el momento y sigue su camino.
La barra pesa como una piedra y sus pies cansados sólo piensan en ellos mismos.
Así que se detienen haciendo una pausa breve y artrítica.
Suena un repique de campanas a lo lejos.
Aquel hombre se da la vuelta y mira el campanario de la iglesia.
Y piensa: "Se ve tan lejana".
1 comentario
Carmen -
¿Te acuérdas de Barrio Sésamo? Me encantaba como te contaban las cosas para que las comprendieras... 'Cerca-lejos' 'hoy-mañana' 'dar ejemplo-ser un ejemplo' :)
un saludo de tarde o tardío